Posteado por: Tiberio | 24 agosto 2009

El judío al que abrazó Arafat

Recientemente ha muerto Amnon Kapeliouk, uno de esos israelíes que demuestran, una vez más, que ningún pueblo es malo en sí mismo. Ni si quiera el pueblo de Israel, el estado más racista del mundo.

Kapeliouk era un judío nacido en la Palestina británica. Era hijo de una familia sionista que pudo ver como se alcanzaba, aunque a un alto precio, su sueño de crear un estado judío independiente.

Sin dejar de amar su país, quizás precisamente por ello, Kapeliouk fue un periodista capaz de denunciar las brutalidades que su estado realizaba contra personas inocentes. Crítico con el terrorismo, no olvidó que este no se hace sólo a base de atentados suicidas, sino que también es terrorismo cuando las bombas caen desde aviones contra viviendas llenas de inocentes.

Su infancia en un mundo inter-racial y su interés por la cultura árabe le llevó a dominar perfectamente la lengua de sus vecinos y sus convicciones tolerantes le permitieron llegar a mantener una amistad con Yaser Arafat. Ignacio Ramonet cuenta como, en 2004, en una reunión informal sin ningún motivo concreto, y lejos de cualquier cámara de fotos, pudo ver a ambos ancianos, uno judío y otro árabe; uno sionista y otro el dirigente de la OLP; abrazados en sincera amistad. Habían sido enemigos en 1947, pero ya había pasado mucho tiempo desde entonces y un árabe y un judío pueden ser amigos. Aunque los políticos de ambos pueblos intenten convencernos de lo contrario.


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